De niña me educaron mal.
Me dijeron:
libertad,
igualdad,
fraternidad.
Y pensé que existía el respeto.
De joven me tocó luchar.
Fui castigada
por pensar,
actuar,
discrepar,
por no ser apostólica y romana.
De mayor me enfrenté a lo que es ser
ciudadana de segunda,
insultada,
despedida,
maltratada
por el hecho de ser mujer.
He peleado toda mi vida
por salir a flote
contra gigantes infinitos,
así que no pienses
que a estas alturas
vas a poder someterme.
La Gioconda Está Triste
No hay comentarios:
Publicar un comentario